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Mi sonrisa no es real
Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Salmo 32:3
Es claro que no andamos por la vida contando nuestras situaciones personales a todo mundo. Algunas veces sonreímos para esconder la oscuridad que tenemos por dentro, y detrás de un "todo está bien" puede que haya un grito desesperado por ayuda, pero no sabemos muy bien dónde encontrarla. Si algo puedo compartir contigo, es que conversarlo con alguien te ayudará, y no te ayudará a que el problema se resuelva, pero hará que haya una persona a tu alrededor que te pueda ayudar con ánimo, un poco de atención y lo más importante, oración. La oración trae libertad, la oración trae vida, trae el poder de Cristo Jesús a tu vida. Cada día que se ignora significa un paso más adentro en la cueva de la depresión. Te motivo a que puedas compartir con alguien la situación que estas viviendo (alguien en quien confías). Cierra tus ojos y pídele al Espíritu Santo que traiga a tu mente la imagen de la persona a la que debes acudir, la que te dará un buen consejo y será un aliado en oración. Ora por unos minutos, y dile a Dios cuánto lo necesitas, cuánto necesitas de su ayuda y consuelo. Pídele que te muestre su amor y te ayuda a sentirlo. Y recuerda, Dios no está lejos, está ahí, justo a tu lado.