8 Hermanos, no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión que hasta perdimos la esperanza de salir con vida: 9 nos sentíamos como sentenciados a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos. 10 Él nos libró y nos librará de tal peligro de muerte. En él tenemos puesta nuestra esperanza, y él seguirá librándonos. 11 Mientras tanto, ustedes nos ayudan orando por nosotros. Así muchos darán gracias a Dios por nosotros[a] a causa del don que se nos ha concedido en respuesta a tantas oraciones. 2 Corintios 1:8 Quiero invitarte a cambiar tu perspectiva, y que pienses que Dios permite estos momentos para que no confíes solo en ti mismo, sino en el Dios que resucita a los muertos, como lo decía Pablo y que es Él quien ahora va a consolarte.Y luego, podrás dar a otros de ese consuelo que tu recibirás. No hay un mejor primer paso que este: invita al Espíritu Santo a tu proceso de sanidad interior. ¿Sabes? Él te conoce mejor que nadie más en este mundo, Dios ha estado desde que fuiste concebido, así que no hay nada que le puedas esconder. Sin embargo, necesitas decidirlo tú porque él no te va a obligar, él respeta tu decisión. Si deseas dar un primer paso hoy, haz esta oración: Espíritu Santo, tú me conoces, tu me ves en mi aflicción, en mi dolor, en mi tristeza, no hay nada que te pueda ocultar. Hoy reconozco que te necesito, necesito tu ayuda con desesperación y no quiero postergarlo más. Dime, guíame hacia el siguiente paso que debo dar. Ayúdame a salir de aquí! Ayúdame a ver la salida! Ayúdame a saber la razón de esta situación y saber cómo enfrentarla!