BLOG
¿Víctima o protagonista?
Es increíble cómo nos habla nuestra mente y no siempre es para construirnos, increíble! Nuestra propia cabeza muchas veces nos juega en contra. Hoy vamos a identificar una mentalidad súper destructiva y la vamos a eliminar. De qué estoy hablando? Del victimismo! Quizás has tenido momentos en la vida en los que te hayas cruzado con una persona que se victimiza, o vivas con una o lo que sería más difícil es que seas tú quien tenga esta mentalidad. Las personas que se victimizan hacer sentir a los demás, una y otra vez, que les hicieron algo malo en el pasado, pese a que hayan sido más las cosas buenas que hicieron por ellos. Ven en lo que les rodea y en las personas solo los aspectos negativos, el mundo es un lugar hostil que pierde sentido porque se concentran en lo malo, ven malicia en lo que otros hacen o dicen y todo se convierte en un ataque directo, porque maximizan las circunstancias. Esto se traduce en una pésima actitud ante la vida, nada les motiva, se estancan y no logran asumir responsabilidades.
Su autoestima es cada vez más frágil porque se sienten víctimas de su condición emocional lo que les impide salir adelante y como no lo logran es más fácil culpar o responsabilizar a los demás por lo que me está ocurriendo. Las personas que piensan de esta manera llegan a creer lo que imaginan, separándose de la realidad, incluso alteran hechos del pasado con tal de que al contar a otros lo que les ocurrió todo parezca más grave y de esta manera reciban la atención que andan buscando. No me malinterpretes, creo que todos pasamos por situaciones difíciles en la vida y considero sano tomarnos un tiempo para digerir lo que pasó, considero sano aceptar que no es fácil, llorar, tener un duelo emocional por lo que nos fue arrebatado, pero lo que estoy escribiendo se refiere a personas que al tener una carencia emocional se refugian primero en la autocompasión, lo cual debería llevarlos a un desenlace positivo, pero al no surgir se cae en el victimismo, el cual tiene como fin manipular a quienes tengo alrededor para obtener atenciones o privilegios que antes no tenía. El victimismo te convierte en víctima de las circunstancias y de las personas (y esto no es necesariamente cierto), te engaña diciéndote que la solución a tus problemas depende de lo que hagan o dejen de hacer los demás, que tu actitud se justifica porque…o sea, siempre te dará una razón para que te justifiques, te impide ver el cuadro completo porque te enfoca en lo negativo, te dice que no eres capaz de cambiar tus circunstancias y sentimientos cuando la realidad es que sí puedes hacerlo. Cuando nos victimizamos, no nos damos cuenta de que nuestra actitud es lo que precisamente más nos impide mejorar y buscar soluciones. Es necesario recalcar que el sentimiento de víctima no es inventado, algo lo provocó. Pero si esa persona se mantiene permanentemente compadeciéndose y sintiéndose víctima, los pensamientos y sentimientos del pasado continúan dominando su vida. Sin darse cuenta, ella es ahora, su propio victimario. En otras palabras, el victimismo genera una especie de círculo vicioso o espiral de sentimientos negativos, del que parece no haber salida. Pero si la hay… Para dejar atrás este mal hábito de pensar como víctima, necesitas trabajar en ti, en tu autoestima y personalmente la forma que conozco para mejorar el amor propio es proponiéndose metas. Empieza por metas pequeñas pero que te construyan: hacer ejercicio, leer el capítulo de un libro, ordenar el cuarto, y poco a poco ve desafiándote a lograr otras más grandes. Cada vez que logres alcanzar una de tus metas sentirás realización, te darás cuenta de que sí puedes, te sentirás en control de tu vida, el panorama se hará más claro, te sentirás motivado y le dará más significado a lo que estás haciendo. Recuerda que, la felicidad no es un estado permanente e igual para todas las personas. Tampoco podemos aspirar a estar felices con todo, todo el tiempo. Sin embargo, sí puedes mantener una actitud positiva ante lo que te ocurra en la vida y de esta manera es que dejas de ser una víctima para convertirte en protagonista de las situaciones. Lo mejor de todo esto es que el cerebro puede ser entrenado, de una manera similar a la que entrenamos el cuerpo en un gimnasio. No estamos condenados a ser pesimistas porque “esa es nuestra naturaleza”. Tu puedes cultivar y desarrollar el entusiasmo y el optimismo. Así que siempre tienes la oportunidad de buscar un ángulo distinto para analizar una situación y encontrar oportunidades que no se ven desde la perspectiva de la negatividad. La diferencia la haces tú! Mi pregunta de hoy es: vas a ser víctima de las circunstancias o el protagonista de las mismas. Tú decisión!