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La velocidad de tu corazón
Hace algunos días escuché una frase en una película (Togo) y se convirtió en ese tipo de cosas que siguen haciendo eco en la cabeza por días: “Su corazón corre más rápido que sus piernas” Y me preguntaba, si ¿Es por eso que a veces sentimos que el tiempo que tenemos no es suficiente para alcanzar la visión / meta que hay en nuestro corazón? Esta frase me hizo ver aún más claro cómo Dios es la conexión entre mis sueños y el cumplimiento de los mismos. Pienso que la determinación y sueños que hay en nuestro corazón son tan grandes, que si solamente dependemos de nuestra simple humanidad y capacidades no podremos lograrlo todo a plenitud. “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.” Proverbios 3:5–6
Esto me sirvió para recordar cuánto Dios tiene que ver en nuestro caminar por la vida. Tendemos a olvidar que es Él quien puede mover su mano a nuestro favor, quien dispone de eventos y “casualidades” para cumplir nuestros sueños, y quién tiene un enorme inventario de bendiciones reservado con nuestro nombre. Orando encontramos la guía de Dios, solos lo único que hacemos es creer que estamos haciendo lo correcto, y puede que lo sea, la diferencia es la seguridad y determinación que nos da saber que contamos con su respaldo. Imagino que todos pensamos en la manera de cumplir rápido nuestros sueños, y Dios nos ayuda a tomar las decisiones correctas para no tomar caminos largos y malos, pero además de llegar rápido si estos sueños están ligados con un propósito de Dios, el sueño se hace aún más valioso, y se convierte en una meta divina, una aventura, con un potencial incalculable y que su efecto rebotará aún muchos años más tarde, incluso después de que ya no estemos aquí. ¿Tienes algo grande en el corazón?¿Temes que se te acabe el tiempo antes de ver el sueño cumplido?¿Quieres ir rápido? Cuéntale a Dios tus metas y anhelos, y después pregúntale cuál es la mejor ruta. “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.” Romanos 8:28 “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.” Salmos 119:105