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  • 31 julio 2019
  • Cada vez más cerca!

    La Biblia es por mucho, el libro más interesante que alguien podría leer. Cuando la profundizas te das cuenta de detalles que siempre estuvieron ahí, pero que no lograste ver antes. Es tan impresionante que a través de ella puedes escuchar a Dios, puedes conocerle, ver cómo piensa, conocer características de Él, qué hay en Su corazón e incluso entender que fuiste diseñado y te fue delegado un maravilloso propósito. Consigues lo mismo en otros libros? No lo creo. Te invito a que demos un breve recorrido a través de ella para darnos cuenta de algo maravilloso al final, estás list@?

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    Contemplemos Génesis. Un paraíso, dos seres creados y Dios, todo en perfecta armonía, una comunión cercana, íntima, inocente, pura. En ese momento Dios estaba con ellos, los observaba y ellos podían observar a Dios. Probablemente compartían el desayuno, el almuerzo y la cena y porqué no, quizás también la merienda de la mañana y la tarde. Dios estaba con ellos, en una relación hermosa de Creador y criaturas creadas. Pero al parecer, esto no fue suficiente, el ser humano quería más y por ello caímos en pecado destrozando lo hermoso que teníamos. Sigamos un poco más adelante. Dios en su infinito amor quiso arreglar el problema y le pidió a Moisés que le hiciera un tabernáculo. Un tabernáculo era un lugar que contenía Su presencia y servía para que el pueblo pudiera estar cerca de Dios. Sin embargo solo el sacerdote podía entrar y luego hablar al pueblo las palabras que escuchara. El tabernáculo se encontraba en medio del campamento y aunque la comunión no era tan perfecta como en el paraíso, Él podía de alguna manera tener una linda relación de Dios-Señor con su pueblo. Notemos que ya no era Creador y criaturas creadas, pasamos a una nueva relación de Señor y pueblo. Ahora vayamos mucho más allá en la Biblia, incluso más allá de la cruz. Dios no estaba feliz, necesitaba estar cerca nuestro, Su amor por nosotros es una locura, incluso nuestra mente por más que se esfuerce, no puede imaginar un amor tan perfecto. Así que el Señor diseña un plan de Salvación, entrega a Su hijo Jesús para que pague por nuestra maldad. Dios entrega a Jesús porque es la máxima muestra de amor, porque habría sido más fácil para Dios Padre haber ido por sí mismo a la cruz, pero Su plan fue tan perfecto, que el enemigo no pudo debatir nada. Jesús padeció la cruz, lo hizo de la misma manera, perfecto en todo, no falló en nada. Cuando muere, dice el libro más extraordinario que existe, que el velo del tabernáculo se partió. Este velo simbolizaba la separación entre Dios y el hombre, al romperse tenemos libre acceso a Su presencia, en cualquier lugar (simples pero hermosos detalles que hallamos en la Biblia). Jesús resucita y nos dice que aunque Él regresa a Su padre, nos deja a nosotros Su Espíritu Santo. El Espíritu Santo es como un sello que cuando lo aceptamos a Él, viene a nosotros para identificarnos como hijos de Dios. Así que ahora hay una nueva relación, no es de Creador y criaturas creadas, no es de Dios-Señor y su pueblo, ahora Él se identifica como nuestro Padre y nos adopta como Sus hijos. Ya no está con nosotros como en el paraíso, no esta habitando en un tabernáculo en medio del pueblo, ahora esta en nosotros, vive en nosotros. Qué podemos ver en este maravilloso resumen de las Escrituras, Dios demuestra a través de toda Su Palabra su anhelo de poder estar cada vez más cerca. Lo fue perfeccionando a tal punto que lo único que puede separarnos de Él somos nosotros mismos. Él ya no puede hacer algo más, ya vive dentro nuestro, ahora solo depende de nosotros el querer estar cerca de Él. Crees poder corresponder un amor tan perfecto?