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¡Tu valor!
Si te doy a elegir entre un billete de 50mil y uno de 20mil, cuál prefieres? Creo que la respuesta es obvia, verdad? Y si te pregunto por qué lo eliges, qué me dirías? Quizás me digas que es porque tiene mayor monto, o sea, más valor y esto te da la oportunidad de comprar varias cosas con él. Es interesante como el valor puede ser relativo. Por ejemplo, si poseo poco dinero un billete de 50mil puede ser mucho para mí, pero si tengo mucho puede ser poco. Ahora bien, el valor del billete no cambia, nunca, siempre vale lo mismo, lo que varía su valor son las circunstancias, ellas son las que hacen que signifique mucho o poco para mi, no sé si me estoy explicando.
Curiosamente a las personas nos pasa muy parecido a los billetes. Las circunstancias de vida nos han “restado” valor ante nuestros propios ojos, algunas personas creen que valen poco y eso los hace actuar de determinada manera, soportando en muchos casos vivencias que no deberían tolerar, viviendo una vida que no fueron creados para vivir, sumidos en profundas tristezas, apartados de aquellos que aman, sobreviviendo cada día sin realmente vivir. Pero no vayamos muy lejos, si te miras al espejo, qué ves? Solo ves tus defectos, tus ojeras, lo que te gustaría tener pero no tienes, lo exitoso que quisieras ser? Piensa, qué ves? Talvez notas cómo los años han dejado marcas, cómo la piel de tu rostro comienza a descender sin que haya mucho que puedas hacer. Lo que hace que nos percibamos de esa manera son las circunstancias alrededor, o sea, la sociedad que me dice quién es bonito y quién no, Hollywood con sus actores y actrices famosos, súper operados y además arreglados con Photoshop; las revistas, la T.V, todo, todo a mi alrededor pretende influenciarme y menguar mi valor. Y es que es solo, cuando modificamos nuestra mente, cuando la reformateamos, que podemos vernos de modo diferente, que puedo percibir mi valor real y pensar por mí misma sin influencia de lo exterior, sin pensar en lo que todo el mundo hace, o en lo que pensarían las personas sí…o en lo dirían. Cuán necesario es despojarnos de esos pensamientos para entender nuestro valor, para vivir la vida que se diseñó para nosotros!!! Cuán necesario es enfocarnos en agradar a Dios, en vivir para Él. Porque solo en Dios encontramos nuestro valor real y un amor puro, verdadero, que te acepta, te perdona, te impulsa, te levanta, te sostiene, un amor que cree en ti, que se la juega por ti, que se entregó por ti y que solo está a la espera del cumplimiento de los tiempos para volver a estar contigo como lo había planeado desde el principio. Dime, puedes encontrar en este mundo superficial algo que sea más real??!! Es esencial entender que, nuestro valor no cambia, nunca! Tu valor real es aquel que te dio tu Creador, es el precio de sangre que Él pagó por ti! Enfoquémonos en esto y despojémonos de lo demás. Hay un valor que te da el mundo (que no te importe) y hay uno que Dios te da (conviértelo en tu todo). “Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a Él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo” Filipenses 3:8