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Cuestión de actitud
Quiero iniciar este tiempo con una pequeña lectura que marcó mi vida para bien. “Existía un rey dueño de una inmensa fortuna que además era un hombre muy temperamental. Una noche soñó que había perdido todos los dientes. Inmediatamente después de despertar, mandó llamar a uno de los sabios de su corte para pedirle urgentemente que interpretase su sueño. - ¡Que desgracia mi señor! - exclamó el sabio - Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad. - ¡Que insolencia! - gritó el rey enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos, por ser un pájaro de mal agüero según él. Más tarde, ordenó que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al rey con atención, le dijo: - ¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que vuestra merced tendrá una larga vida y sobrevivirá a todos sus parientes. Se iluminó el semblante del rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando este salía del palacio, uno de los consejeros reales le dijo admirado: - ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños del rey es la misma que la del primer sabio. No entiendo porqué al primero le castigó con cien azotes, mientras que a ti con cien monedas de oro. - Recuerda bien amigo mío -respondió el segundo sabio- todo depende de la forma en cómo veas y recibas lo que la vida te ofrece, porque así te expresarás.”
Me gustó mucho esta historia porque me hizo entender que en la vida siempre tendremos dos opciones, como mínimo, dos opciones para casi todo: • O decides ver de forma positiva o ves de forma negativa. • O sonríes o lloras. • O te esfuerzas o te dejas dominar por la pereza. • O eres valiente o te acobardas. Todos los días, miles y miles de personas alrededor del mundo enfrentan los mismos desafíos que nosotros, pero no todos obtienen los mismos resultados. Un ejemplo básico: Cae la primera lluvia y alguien piensa: qué pereza, ya comenzó a llover, se me van a mojar los pies cuando salga. Pero otra persona piensa: qué rico, la primera lluvia, no puedo esperar llegar a mi casa para escuchar su sonido arrullador. Cuál es la diferencia entre estas dos personas? Simplemente la actitud, eso es todo! Lo ves? La vida se compone de actitudes y mínimo siempre podrás disponer de al menos dos opciones para elegir. Querido(a) amigo(a), que tu actitud siempre sea la mejor, la que te añada calidad humana, la que te haga crecer, amar, reír, disfrutar, compartir, soñar, creer, incluso a pesar de cualquier circunstancia, porque no hablamos de algo externo, sino interno, del corazón. “Cambia tu manera de pensar para que cambie tu manera de vivir” Romanos 12:2 DHHS94