Se le conoce así por que este lugar tiene el porcentaje más alto de personas daltónicas de mundo, ya que la gran mayoría a pesar de sus pocos habitantes, solo pueden ver en blanco y negro. Esto se debe a que en 1780 un tsunami devastó la isla matando al 80 % de la población y la gran mayoría de la nueva generación heredó los genes del rey del lugar que tenía esta condición. Es impresionante que estas personas vivan en un lugar tan hermoso, pero no puedan apreciar la belleza que les rodea y a muchos se les hace sumamente difícil tan solo el hecho de salir de sus casas ya que al vivir en la playa el sol y el agua generan reflejos que todavía hacen más compleja su condición. Cuántos de nosotros por herencia o influencia de otros hemos dejado de ver la belleza del Dios que tenemos, dejamos de ver las promesas de Dios, nos llenamos de temor y aunque sabemos que Dios esta con nosotros dejamos de ver su grandeza, su favor y nos dejamos influenciar por lo cambiante del mundo. La razón es por que estamos viviendo como la gente común y no como deberíamos vivir los hijos de Dios. «Ningún ojo ha visto,     ningún oído ha escuchado y nadie ha imaginado     lo que Dios tiene preparado para aquellos que lo aman».  10 Pero Dios nos ha mostrado eso por medio del Espíritu porque el Espíritu lo sabe todo, incluso los secretos más profundos de Dios. 1 corintios 2:8-10 PDT Lo peor que como hijos de Dios podemos hacer es desconectarnos de Su espíritu, de Su presencia; por que esa es la única forma en la que nuestro corazón puede estar confiado, escucharás las voces de la mayoría que te van a decir, tú negocio va a quebrar, no te va a alcanzar, no vas a resistir. Pero solamente a través del Espíritu y tu fe vas a poder ver la belleza que otros no logran mirar, que es lograr ver que en medio de esta situación difícil Dios esta ahí en tu casa, con tus hijos y te dice: ¡Mírame a mi por que todo va ha estar bien!