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El hilo de Ariadna
Hace unos días conocí la historia de Teseo y Ariadna, dos personajes populares de la mitología griega y aunque no leo mucho sobre este tema, me pareció muy interesante su historia particular. ¡Ponte cómodo para contarte de qué trata! Cuenta la biblioteca mitológica que existió un famoso rey llamado Minos, quien buscando castigar a sus enemigos, mandó a construir en la isla de Creta un laberinto donde habitaba un Minotauro (monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro). La historia dice que cada 9 años, como tributo del pueblo enemigo, el malvado rey sacrificaba a 7 hombres y a 7 mujeres introduciéndolos al laberinto donde los catorce jóvenes eran internados y vagaban perdidos durante días hasta que eran despedazados por el Minotauro, sirviéndoles como su alimento. ¡No me puedo imaginar cómo se los comía pues la verdad ni tengo la menor idea de los modales que podía tener un minotauro! El laberinto de Creta era una estructura gigantesca compuesta por cantidades incontables de pasillos que iban en distintas direcciones, entrecruzándose entre sí, donde la gente se perdía con facilidad y se les volvía imposible salir. La historia cambió cuando un hombre llamado Teseo fue enviado para liberar a su patria de Minos y la condena con el castigo del laberinto. Al llegar a Creta, Teseo fue presentado a Minos como parte del sacrificio que se iba a ofrecer al Minotauro y entonces conoció a Ariadna, hija del rey; como buen drama está de más decir que se enamoraron inmediatamente. Organizando un plan con el mismo constructor del laberinto, Ariadna, le entregó a Teseo antes de entrar una espada para que matara al Minotauro y un ovillo de hilo para que lo atara en su cintura, lo desenrollara y pudiera encontrar la salida. La leyenda cuenta que Teseo logró acabar con el Minotauro y fue el primero en salir vivo del laberinto gracias al hilo de Ariadna. Cuando pensaba en esta historia llegué a una conclusión sobre cómo nuestra vida se parece a la leyenda del hilo de Ariadna. Día a día caminamos en un mundo parecido a un gran laberinto con cientos de caminos y diferentes vías que en su gran mayoría nos pueden llevar al dolor, sufrimiento y muerte. Nuestra propia sabiduría nunca es suficiente y entrar en este laberinto sin ese hilo que nos muestre la salida es un riesgo que no deberíamos tomar pues las consecuencias podrían ser fatales.
La Palabra de Dios es muy clara con respecto a la sabiduría que tenemos a nuestro alcance para enfrentarnos todos los días a esos minotauros que nos quieren despedazar: 5 Confía en el SEÑOR totalmente, no en tu propia sabiduría. 6 Ten en cuenta a Dios en todo lo que hagas, y él te ayudará a vivir rectamente. Proverbios 3:5-8 (PDT) Creo que Salomón afirma que nunca debemos olvidar lo difícil que es salir adelante nosotros solos, necesitas un hilo que te ayude a tomar el camino correcto y ese hilo es Dios junto al Espíritu Santo quienes te ayudarán a tomar las mejores decisiones en el momento y el lugar indicado. ¡Sigue su hilo pues siempre te llevará a la salida, toma la espada que necesitas para enfrentar tus batallas que es la Palabra y no pierdas tu rumbo! Recuerda que un simple giro en el lugar equivocado y en el momento inoportuno pueden llevarte a donde nunca planeaste llegar. Solo quiero dejarte este consejo, cada día ata un cordón a ti, sal a enfrentar la vida y cuando termine el día vuelve tras tus pasos siguiendo ese hilo que te lleva de regreso a casa, a los brazos del Padre y el amor perfecto de Dios para ti. De tal manera nunca te perderás en este laberinto que llamamos vida…