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  • 20 noviembre 2019
  • La Fe Verdadera

    Dicen por ahí que la vida es como una montaña rusa, a veces estas arriba observándolo todo y se siente súper bonito tener vista panorámica. Otras estás abajo y bueno, no es tan bonito. Sin embargo, a la mayoría de las personas les gusta este juego mecánico. Sabes por qué? Porque es emocionante! Voy a comparar mi vida cristiana con esa montaña rusa. Tengo casi 20 años de haberme dado la oportunidad de conocer a Dios. He tenido buenos tiempos, otros no tanto, me he sentido súper espiritual, otros en los que he estado carnalita. Pasé aproximadamente 8 años en los que estuve debatiendo con Dios y negando el llamado, mucho de este tiempo por mi inmadurez, la verdad es que me enredaba sola dando excusas y justificaciones que no tenían ni pies ni cabeza. Por eso cuando digo que le he costado a Diosito es porque es verdad. Solo Él sabe cuánto ha batallado conmigo.

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    De los momentos buenos no hay mucho que decir, he sido agradecida. En los momentos no tan buenos es donde me he dado cuenta qué tan fuerte es mi fe. Al principio, si tenía una situación difícil lloraba, me lamentaba y hasta me enojaba con Dios (lo cual no es muy ingenioso). Pasados algunos años aprendí a aferrarme a la Palabra, aprendí a orar, sin embargo mi corazón seguía albergando duda, no me sentía confiada. Hoy puedo decirte que, a veces, todavía lloro, pues soy humana y las emociones juegan en contra, sin embargo, ya no es como antes que pasaba llorando. Ahora oro y me empodero, domino mis pensamientos de angustia, me sé hija, confieso y declaro la Biblia, decido en lo que voy a creer y a pesar de la tormenta me siento confiada. Por eso, quiero compartirte dos actitudes que necesitamos tener para enfrentar la vida en los momentos feos y ambas tienen que ver con la fe: La primera, es tener claro en lo que voy a creer. Te van a decir tantas cosas, vas a escuchar otro tanto más de diferentes personas. Tus ojos y oídos verán y escucharán lo contrario a lo que deseas, sin embargo, elige tú, no permitas que otros decidan por ti, decide tú en lo que vas a creer y sostenlo hasta el final. Empodérate y lucha, pelea por lo que quieres ver, hazlo hasta que ocurra. De eso se trata la fe. Segundo, ten presente que la fe verdadera no se basa en resultados. Muchas personas se apartan de Dios, porque Dios no hizo, porque no contestó. La fe verdadera es aquella que nace del amor, que pasa por encima de las circunstancias y también de los resultados. Es aquella que le dice a Dios: Señor, yo sé que para ti nada es imposible y sé que puedes ayudarme con lo que estoy viviendo. Sin embargo, si no lo haces, aunque no entienda, tú siempre serás mi Dios. Cuando una declaración como la anterior, esta en tu mente y corazón, tendrás paz. Vas a pelear hasta el final porque sabes lo que puedes lograr a través de la fe, sin embargo tu relación con Dios no estará en juego porque tu creencia va más allá del resultado que obtengas. De esta manera nos aseguramos el cielo, de lo contrario, el porcentaje de alcanzarlo es muy bajo. Observa el libro de Hechos, Pablo en la cárcel, también Pedro, Esteban muere apedreado, el asesinato de Santiago, todos sostuvieron su fe hasta el final y en el libro de Hebreos, capítulo 11, luego de describir el sufrimiento de muchos por causa de Jesús dice: Este mundo no era digno de ellos. Vive tu vida de tal manera que al morir no sientas miedo, porque tu fe es tan fuerte, tan verdadera que estás convencido de que es en ese momento que comienza lo real y verdadero.