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  • 04 septiembre 2019
  • La tribu de los trasplantados

    Siempre me ha llamado la atención el deseo que existe en los seres humanos de pertenecer a un grupo o una tribu; no es casualidad que vivamos en ciudades o aldeas ya que, hemos aprendido lo importante que es y los beneficios que obtenemos al pertenecer a una colectividad. Algunos pensarán que tal vez ya pasaron esos tiempos de pertenecer a una tribu o que estamos en tiempos modernos donde es muy difícil ver personas con arcos y flechas vestidos de forma extraña, pero la verdad es que, aunque los tiempos han cambiado siguen existiendo a su manera muchas tribus. Ahora se les llaman tribus urbanas, estas tienen características propias, su manera de hablar, vestir, pensar y ver el mundo. Yo por mucho tiempo creí que no pertenecía a ninguna tribu hasta que leí este pasaje

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    "Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne.  Infundiré mi Espíritu en ustedes." Ezequiel 36:26 Me di cuenta que pertenezco a una tribu conocida como la Tribu de los Trasplantados, este es un grupo de hombres y mujeres a los cuales Dios ha perdonado y ha dado un nuevo corazón, somos una tribu de personas que sin merecerlo Dios nos dio una nueva oportunidad. Él nos prometió dar su Espíritu y cambiar nuestro corazón duro como roca en uno sensible y lleno de amor, para así poder cambiar el rumbo de nuestras vidas y el de nuestras familias. Los que pertenecemos a esta tribu nunca estamos solos, primero porque somos muchos y segundo porque tenemos un compañero que nos guía y nos dirige llamado Espíritu Santo, los trasplantados sabemos que ese corazón que ahora late en nuestro pecho tiene un ADN especial que nos da la habilidad de lograr propósitos que no eran posibles antes, como amar, creer, perdonar y tener fe. Lo mejor es que todavía hay lugar en esta tribu para ti, solo debes de tomar la decisión de ser trasplantado y permitirle a Dios por medio del arrepentimiento cambiar tu corazón por un nuevo corazón. Puedo decirte que es la mejor decisión que he tomado y que vale la pena pertenecer a esta tribu; estamos por cada rincón de este planeta, no tenemos un color de piel único, ni forma de vestir idéntica; hablamos diferente, pensamos diferente y muchos nunca nos hemos visto cara a cara, pero todos somos hermanos de un mismo Padre. Si te atreves todavía hay un espacio para ti en la tribu, solo tenemos una restricción: NO aceptamos personas perfectas.