BLOG

  • Volver
  • 14 agosto 2019
  • El hábito de disfrutar!

    Una vez estuve pensando en, cómo las personas no logran disfrutar las etapas de la vida. Vemos a los niños deseando crecer, jovencitas queriendo aparentar más edad, mujeres haciendo lo necesario para evitar las arrugas o las canas solo para parecer más jóvenes. Vemos adultos comportándose como niños o deseando ser pequeños para no pensar en tantas responsabilidades que la vida demanda. Vemos solteros que no disfrutan de su soltería por pensar en que no se han casado y casados deseando ser solteros. En fin, pareciera que alguien se toma muy en serio su labor de impedirnos disfrutar del presente. Por eso, necesitamos ser intencionales en disfrutar lo que tenemos, contempla todo como una bendición o como un proceso que al final será algo bueno para la vida. Hagamos del disfrute un hábito!

    Blog Image

    Esto es algo en lo que aún trabajo en mi vida, tratar de disfrutar cada etapa, a veces, puede ser todo un reto. Pero, cómo lo hago? Cómo logro disfrutar de lo que me rodea? Pablo decía: No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que Él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús…No que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas. Filipenses 4 En mis palabras dice: Quieren tener paz? Dejen de preocuparse. Quieren dejar de preocuparse? Oren por todo. Quieren disfrutar cada día? Aprendan a ser agradecidos. Quieres sentirte agradecido? Voltea a ver La Cruz. (Este es el hábito a desarrollar). Pablo se sentía tan agradecido de que, a pesar de lo que había sido en el pasado (un asesino de cristianos), cuando ponía su mirada en La Cruz, podía experimentar el amor y el perdón del Padre. Y esto era tan significativo que, independientemente de lo que viviera, Pablo lo disfrutaba.