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No "fueron felices para siempre"
He tenido oportunidad en la vida de conocer personas de todo tipo, y aún con sus diferencias todas tienen algo en común: la vida los ha sorprendido con situaciones difíciles. Cuando eras niño te enfrentabas diariamente a situaciones duras en la escuela, complejos, miedos, etc. De adolescente o joven tienes luchas que a veces crees que nadie puede entenderlas y solo eso ya es difícil, a cada momento debes tomar decisiones que te acercan o te alejan del propósito de Dios para ti. De adulto tienes que enfrentarte a situaciones familiares, a las opiniones que otros adultos hacen sobre ti, debes proveer lo necesario para tu hogar, trabajar a diario para alcanzar tus sueños, y la lista podría seguir. Eso ilustra la verdad de que la vida es difícil. Todos sin excepción pasamos por momentos realmente duros en nuestra vida. Es por eso que necesitamos entender 2 verdades que nos ayudarán a mejorar nuestra perspectiva.
1) Dios no espera que estés feliz todo el tiempo. Hay un mito de que los cristianos deberían estar siempre sonriendo, siempre felices, siempre alegres. Muchas películas terminan diciendo "y fueron felices para siempre" y tal vez lo hemos llegado a creer y a frustrarnos cuando no es así. Pero déjame contarte lo que dice la Palabra de Dios: "Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo… un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto.” Eclesiastés 3:1 (NVI). Algunas veces la única respuesta lógica apropiada para la vida es la aflicción. La Biblia dice que te puedes afligir por tus pérdidas, incluyendo tus desánimos, tus pecados, el sufrimiento en el mundo, y tus amigos quienes están perdidos espiritualmente. Dios no espera que estés feliz todo el tiempo. 2) El duelo es esencial para tu salud. El duelo es una emoción dolorosa, pero también es una emoción saludable. Y es un regalo de Dios. Cuando hablamos de hacer el duelo, puede parecer que hablamos de muerte, pero en realidad estamos hablando de vida. Porque el duelo se hace para que nuestra vida, nuestros proyectos y nuestro futuro sean mejores y más plenos. Es una herramienta que Dios usa para el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdidas laborales, de salud, económicas, de seguridad, de relaciones). Si no tienes el duelo, te puedes atorar emocionalmente, y pasar el resto de tu vida reaccionando por algo que sucedió hace mucho tiempo. Las cosas malas que te suceden no son tu elección. Pero el duelo sí es una elección. No todo lo que es útil y saludable se siente bien. Debes permitirte lamentar tus pérdidas para que puedas continuar con tu vida y recibir las bendiciones de Dios. ¿Hay algo que te ha afectado física, emocional y espiritualmente y de lo que estás evitando tener un duelo? Acércate a Dios y pídele al Espíritu Santo que te dirija en oración para que puedas entender si hay algo en lo que has estado atascado, y que te muestre el camino para vivir el duelo y saber cuando es tiempo de terminarlo.